sábado, 19 de mayo de 2018

madrid-lorca

Si existe el purgatorio, debe ser como este área de servicio en la madrugada; con dos trabajadoras con la marca de una vida en la cara. Las bolsas ondeando hacia fuera de una papelera mientras exhalas la calada de tu cigarro, estos gatos de tripa blanca, manchas naranjas y negras. Cómo una espera eterna a que pase la media hora que anunció el conductor, sentarse a esperar en un escalón con todas tus cosas a un lado por si te robaran. Estas miradas en silencio con los otros viajeros, las sonrisas a medias a la persona que entra tras de ti al baño, los cafés puestos sin amor. 

Y en toda esta quietud, sobre todo si es de noche, reflexionas sobre tu origen quedamente y rememoras tu viaje; como en el purgatorio. Ruegas minutos al aire y murmuro tu nombre a la autovía a unos metros, te invoco. Como en cualquier parte, te hago a mi lado. Y entonces este sitio empieza a hacérseme interesante, imaginando compartir este momento contigo. Como si de repente, no tuviera que ver esto con Dios y tuviera tu auricular en mi oído susurrándome tus canciones. Te liara un cigarro y callados, me apoyara en ti esperando a que arranque el autobús. Vuelvo a la vida, engullo mi kínder y pienso en tu habitación. 

viernes, 13 de abril de 2018

08001300

Tanto miedo y tantas malas ideas. 
Entropía inherente a la poliarquía del estado de mi centro, vértigo porque ya han rozado mis labios el canto de la eternidad. Rota la amalgama de voluntos ctónicos, derivo en la balsa que me hice con la madera que no me robaron. No hay tierra a la vista en este desierto de vida, solo contrastes en el claroscuro de tu iris. La trayectoria de tu mirada que traza un triángulo isósceles invertido a un palmo de la mía. Creador de la creación, la santa trinidad que me hizo celeste.

sábado, 10 de marzo de 2018

sakura


He llegado a donde quizá no había llegado aún; de donde puede que venga. Se me ha ido, y se han comido las chinches el mal gusto por las cosas a medias. Si una vez tuve una sola voluntad, hoy está rota y remendada; mal zurcida; y aun así es más mía que nunca. Se me ha adherido a las entrañas como un maligno tumor sin cura, me ha echado a perder el temor que un buen día despóticamente me reinó. Hoy soy la única autoridad en mi templo, todo lo demás son pequeñas tiranías que intentan colarse por las rendijas de la alcantarilla que hoy es mi sin razón. Y me encantaría decir que soy implacable como los diamantes que te salen por la boca, pero soy más parecida al carbón que en el pasado fue flor. Flor de cerezo quemada por la lava escupida del tiempo. Un cadáver feliz de volver al suelo que, excretando la vida y en vez de llegar a la cima, descendió siete veces y al fin pudo encontrarse con dios. Dios que es cierta tonalidad de la tarde. Dios que es tu voz consternada, viajando por el cobre que le robamos al enfermo orbe; suspendido en el universo solo por vos.

jueves, 8 de marzo de 2018

1año.

Fingimos que toda la complicidad de la noche se convertía en nada cuando nos vestimos. Fumamos un cigarro a medias mirando por la ventana. Apenas podíamos ver más allá del edificio de enfrente, pero este estaba lleno de pequeños balcones con macetas y sillas diminutas. La mayoría de las persianas estaban bajadas, sólo quedaba una habitación iluminada en el tercero, veíamos al dueño de la vivienda sentado en su sofá viendo el tarot. El cielo estaba cubierto y la contaminación lumínica se reflejaba en las nubes tiñéndolas de naranja pálido. Casi parecía de día. Fumamos en silencio, juntos cabeza con cabeza, nos sentí parte del atrezo de la toma de algún director amateur. Cuando acabó el pitillo me dio un beso en la frente y me prometió devolverme el libro que le había dejado, se fue sin sonreír más. Lo vi alejarse calle abajo desde la ventana, fingiendo no saberse observado.

Si se hubiera girado se habría dado cuenta de que una luz se aproximaba a él desde los tejados. Habría visto que traslúcida y blanquecina como era, no producía sombras. Parecía una estrella fugaz dirigida. Si en ese momento me hubiera lanzado un beso desde abajo; con sus manos llenas; habría visto como la luz se encontraba con su cabeza y como se adentraba en su cráneo. No parecía darse cuenta, aquello me pareció una alucinación inventada por mí y sentí como si hubiera estado loca desde siempre.
Después se alejó impasible calle abajo brillando sin iluminar y me sentí más sola que nunca en el centro de mi oscuridad.  

miércoles, 24 de enero de 2018

desde aquí.

Casi me deleita mi propio silencio. Me da miedo estar sola, me da miedo por si me matan. Quién iba a venir a matarme a mí, pienso por otro lado. Me da miedo porque me dan miedo los fantasmas. Aunque a veces miro la puerta desde la cama y deseo casi de verdad que se abra y algo suceda. La decepción del riesgo autoinducido. Cada vez que me llaman al timbre pienso que eres tu. El conjunto de la situación me hace recordar los brazos que yo eché, porque esa es mi última referencia de hogar. Brillantes caracolas abandonadas en la arena. Haces de luz de verano.

Me basto, aunque tengo cierta tendencia a la cadencia de determinado tipo de deseo. Se me derrama pensar en ti, cálido por los muslos, tengo manchadas las manos y la frente del encantamiento en el que se ha convertido este impulso continuo. Sustancias puras sin reacción, remedios caseros, desde aquí.

martes, 9 de enero de 2018

ensayo de haiku, terceto y copla.

Ya noto el frío,
me caigo con la tarde,
estoy en el suelo.

Son muchos kilómetros de anhelo,
la necia mañana en septiembre,
me veo acariciándote el pelo.

Te veo por ahí siempre,
donde no hemos estado,
explicita el subconsciente,
sideral, brillante espacio.