viernes, 23 de mayo de 2014

Paz.

Me dispongo a describir la paz que de esparce como el humo, la niebla; la paz de haber terminado un ciclo y comenzado otro diferente, su virtud radica en la disimilitud del futuro. Esa apacibilidad de las sábanas blancas cuando refresca en verano, la que se refleja en la u de tus labios con un aprobado. Me dispongo a describir la paz que nunca supimos mantener más de un instante seguro, cálido y tranquilo.  Esa paz de tus ojos cualquier madrugada de un sábado naranja de esos que comienzan a llenar vacíos, de penumbras matutinas y roces que intimidaron.


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